Cuando pensamos en un estudiante de Taekwondo, a menudo imaginamos alguien que se esfuerza por ganar cinturones, medallas o reconocimiento en torneos. Sin embargo, el verdadero motor del progreso en este arte marcial, más allá de los logros externos, es la motivación innata. Esta fuerza interior impulsa a los practicantes no solo a entrenar, sino a disfrutar profundamente el proceso de aprendizaje y superación personal.
¿Qué es la motivación innata?
La motivación innata se refiere a ese impulso interno que nace de la propia persona, que la lleva a entrenar no por recompensas externas, sino por el placer que obtiene al mejorar, dominar técnicas y aplicar los principios del Taekwondo en su vida diaria. Este tipo de motivación no necesita estímulos externos como trofeos o elogios. Es una pasión genuina por la práctica, el autodescubrimiento y la mejora continua.
¿Cómo se manifiesta la motivación innata en el Taekwondo?
En el dojang, la motivación innata es fácil de detectar. Aquí algunos ejemplos de cómo se manifiesta:
1.El entusiasmo por el entrenamiento diario:
Los estudiantes con motivación innata no necesitan que se les obligue a entrenar. Llegan con entusiasmo a cada clase, listos para aprender algo nuevo. Un niño que practica sus patadas en casa, simplemente porque le gusta sentir su cuerpo en movimiento y quiere mejorar, es un claro ejemplo de esta motivación. Su alegría está en el acto de entrenar, no solo en la aprobación del maestro.
2.La búsqueda de perfección en los poomsae:
Los poomsae (formas) son una parte fundamental del Taekwondo, que exige precisión, control y fluidez. Un adolescente que dedica horas a perfeccionar sus formas, no porque haya un examen de cinturón cercano, sino porque encuentra satisfacción en ejecutar cada técnica con precisión, está movido por esa motivación innata. Para él o ella, el dominio del poomsae es un objetivo en sí mismo.
3. El deseo de aprender técnicas avanzadas:
A medida que los estudiantes avanzan en su entrenamiento, muchos se sienten atraídos por aprender técnicas avanzadas, como el Taekwon Aerobic, defensa personal o incluso formas de combate más complejas. Aquellos que poseen motivación innata se sumergen en estos desafíos no por la promesa de un nuevo grado, sino por el simple placer de adquirir nuevas habilidades y expandir sus conocimientos. Cada paso adelante es una recompensa en sí misma.
4. La conexión con los valores del Taekwondo:
Más allá de las técnicas físicas, el Taekwondo enseña valores fundamentales como la cortesía, la integridad, la perseverancia y el autocontrol. Un joven que adopta estos principios y los aplica en su vida diaria está experimentando la verdadera esencia de la motivación innata. No solo quiere ser fuerte físicamente, sino también mejorar como persona, integrando estos valores en su comportamiento y relaciones fuera del dojang.
5. El enfrentamiento y superación de miedos:
El combate puede ser una de las partes más intimidantes del Taekwondo. Muchos estudiantes, especialmente principiantes, experimentan miedo o ansiedad al enfrentarse a un oponente. Sin embargo, aquellos con motivación innata persisten, no porque busquen ganar, sino porque ven en el combate una oportunidad para superar sus miedos, aprender de sus errores y fortalecerse mentalmente. Para ellos, cada combate es una lección, no una prueba de éxito o fracaso.
¿Por qué es importante la motivación innata en el Taekwondo?
La motivación innata es crucial para el desarrollo a largo plazo en cualquier disciplina, y en el Taekwondo, es lo que separa a los verdaderos artistas marciales de aquellos que solo buscan recompensas superficiales. Aquí te explico por qué:
- Resiliencia ante los desafíos: Los estudiantes motivados intrínsecamente no se desaniman fácilmente ante los fracasos o dificultades. Ven los obstáculos como oportunidades para aprender y crecer.
- Disfrute del proceso: Mientras otros pueden frustrarse por la lentitud del progreso, aquellos con motivación innata disfrutan cada paso del camino. La mejora gradual y el dominio de nuevas habilidades son su propia recompensa.
- Compromiso duradero: Los estudiantes que están impulsados por su pasión interna son más propensos a mantenerse en el camino del Taekwondo a largo plazo. No dependen de factores externos para continuar; lo hacen porque disfrutan del arte en sí mismo.
- Desarrollo integral: La motivación innata también fomenta el desarrollo de una mentalidad fuerte y equilibrada. Estos practicantes no solo se enfocan en la técnica, sino en los valores fundamentales del Taekwondo, aplicándolos tanto en el dojang como en su vida personal.
Fomentar la motivación innata
Como maestros, entrenadores o padres, nuestro objetivo debe ser crear un ambiente donde los estudiantes de Taekwondo puedan desarrollar y nutrir su motivación innata. Esto se puede lograr de varias maneras:
Fomentar el aprendizaje progresivo: En lugar de enfocarse solo en resultados, celebremos los pequeños avances y el esfuerzo constante.
Respetar el ritmo individual: Cada estudiante tiene su propio proceso de aprendizaje. Permitamos que se sientan cómodos explorando y mejorando a su propio ritmo.
Promover los valores del Taekwondo: Enfatizar la importancia de la cortesía, la perseverancia y la integridad puede ayudar a los estudiantes a ver el Taekwondo como algo más que un deporte, sino como una herramienta para el crecimiento personal.
Conclusión:
La motivación innata es el corazón del Taekwondo. Es lo que lleva a los estudiantes a entrenar con pasión, a superar sus propios límites y a integrar los valores del arte marcial en su vida diaria. Como practicantes y maestros, debemos valorar y cultivar esta motivación interna, porque es lo que realmente lleva a un camino de éxito y realización personal en el Taekwondo.